martes, 20 de mayo de 2008

Crónica de Sebastian Natarelli

Del humor al tango hay un paso

Sebastian Natarelli

Buenos aires está lleno de hoteles, esos hoteles están llenos de turistas, por carácter transitivo, podemos decir que Buenos Aires está lleno de turistas.

Para los turistas Buenos Aires significa tango. El tango es tristeza

Hace muchos años un filosofo de bar esbozó una teoría que justificaba esa afirmación.

Buenos Aires es una cuidad triste, eso se ve en el tango, dijo acodado en la barra, el tango es triste porque la ciudad se pobló de inmigrantes que añoraban volver a su tierra, llegaron a hacer la América y se encontraron con una gran mentira. Toda su tristeza se volcó a la música, así surgió el tango.

Todo lo contrario ocurrió en Brasil, que también fue poblada por inmigrantes, sólo que estos eran africanos que llegaron como esclavos. La diferencia es que ellos al encontrar la libertad no tuvieron motivos para estar tristes, estaban felices en su nueva tierra, que por cierto les ofrecía mucho más que su lugar de nacimiento. Su felicidad se trasladó a la música, nació la zamba.

Samba significa alegría, tango significa tristeza.

Me pregunto si es posible ir en busca del humor en una ciudad triste como Buenos Aires.

La ciudad fue fundada por Pedro de Mendoza en 1536 a pocos metros de donde me encuentro sentado, supongo que Pedro la fundó sonriendo.

¿Me pregunto de qué se reirían en ese momento? ¿Me pregunto de qué nos reímos hoy?

Para buscar el humor primero hay que saber que es lo que buscamos.

- ¿qué es el humor?

- El humor es ante todo una mirada acerca de las cosas, dice Damián Dreizik, es mirar las cosas desde el lugar donde no se ven cotidianamente. Esa mirada torcida genera sorpresa, genera humor.

Si el humor es una mirada, no me va a quedar otra que salir en su búsqueda. Si hay humor en buenos aires lo tengo que ver.

Subo por Defensa, atrás queda el parque Lezama, nada de humor por ahora. Tango. Antigüedades. Empedrados. Una plaza. Mas antigüedades. Mucha gente.

Un turista que supongo sueco, vistiendo la celeste y blanca, camina de la mano de una muchacha tan argentina como yo, ambos parecen felices.

El seguramente pensará en la carne argentina, ella pensará en euros.

Yo pienso en el Parakultural. Hasta ahora mucho tango, poco humor.

Doblo en Carlos Calvo.

Nene... vos fumá

Enciendo un cigarrillo sin detener la marcha.

El Parakultural tuvo dos cedes, estoy en Chacabuco 1060, donde funcionó entre 1991 y 1995 el Parakultural New Border. Aquí se conocieron e hicieron sus primeras actuaciones personajes como Alfredo Casero, Damián Dreizik, Diego Capusotto y Fabio Alberti. No es casualidad que los nombres que cito son los nombres de los personajes que encabezan las obras humorísticas más reconocidas de los últimos tiempos.

Es un barrio de edificios antiguos, el “galpón” donde funcionó el Parakultural no es la excepción.

Una puerta de hierro de dos hojas (bastante más moderna que la construcción), dos ventanas medianas a su izquierda y una a la derecha.

Aquí comenzó la carrera de los humoristas mas creativos de la última década, sin embargo nada queda del humor de aquellos años en este edificio, paradójicamente un cartel en su fachada indica “Orgullo Argentino” – “Clases de Tango”.

El local está cerrado, igualmente no me importa, nada de lo que busco puede estar ahí dentro. Intentaré ir un poco más atrás en el tiempo.

El primer parakultural tuvo su cede en Venezuela 330. Son pocas cuadras, se puede ir caminando.

A metros de lo que fue el Parakultural New Border hay un micro estacionado, en su interior decenas de colegialas que parecen venir de una excursión.

Me saludan, las saludo. Se ríen, me río. Me dicen cosas, me río. Me invitan a subir, me río. Sigo caminando, se ríen. Sigo caminando, me río. ¿cuánto me pueden dar? Me pregunto. Cinco, diez, veinte años.

Valdría la pena.

- Una nena de 15 decían los albañiles.

- Yo les alcanzaba los baldes de cemento y pensaba que estaban enfermos.

- Una nena de 15......

Cinco nenas de 15 pienso, pero no se lo digo a nadie y sigo caminando por Chacabuco.

No me resigno a pensar que buenos aires es tango, sin embargo la ciudad parece decir lo contrario. “Hostel Tango”, más adelante “Telmotango Hostel”, poco después un mural de Tita Merello.

Sur… paredón y después…

Sur… una luz de almacén…

Bajo por Venezuela. 18:40, en cinco minutos, 18:45. Pienso en el monólogo de Damián Drerizik.

Hora macanuda las siete menos cuarto. Seis y media y vos sabés que en quince minutos, las siete menos cuarto. Siempre puntual, ni un minutos más, ni un minuto menos.

Hora macanuda las siete menos cuarto.

El Parakultural surgió en 1986. Cuenta la historia que Omar Viola y Horacio Gabin buscaban un lugar donde ensayar. Luego de varios intentos frustrados dan con un local ubicado en un subsuelo en la calle Venezuela al 300 donde antiguamente funcionaba el teatro la colorada.

El local estaba inundado declaró cierta vez Omar Viola “tuvimos que desagotarlo, había medio metro de agua”

En 1990 el sindicato de porteros adquirió el edificio y se negó a renovar el contrato de alquiler.

Centro Cultural y Deportivo de SUTERH reza el cartel sobre la puerta por la cual se ingresa al amplio pasillo central de Venezuela 330.

Es un edificio antiguo. Subsuelo, planta baja, primer y segundo piso. Un pasillo, a la izquierda un amplio salón “Evita: Eterna en el alma del pueblo” Un mural y un busto inmortalizan a la abanderada de los pobres.

Al fondo un patio central que me recuerda a un lugar de Centroamérica en el cual nunca estuve. Poco mas atrás una pileta.

Lo que interesa es el subsuelo

Una escalera de mármol serpentea a un viejo ascensor.

Primer subsuelo: Vestuarios.

Segundo subsuelo: un salón, mujeres haciendo gimnasia.

Otra pileta. Nada del humor que busco.

“Había medio metro de agua”... ahora hay dos..... Una pileta

Parece un chiste.

Ocho más chicas - dice la profesora.

Miro tratando de no ser visto. Me ven a través del espejo, no dicen nada.

Sus miradas lo dicen todo. Me voy, si bien era algo gracioso no es lo que estoy buscando.

En un principio el Parakultural era un lugar donde ensayaban. Luego comenzaron a invitar gente a los ensayos y poco a poco comenzó a llegar más y más gente. Artistas, músicos.

- ¿Subís? – Pregunta una mujer desde el ascensor

- No gracias

Vayamos por las escaleras que están totalmente inventadas.

Subo.

Un pequeño detalle. En este subsuelo, donde alguna vez funcionó el Parakultural, también se dan clases de Tango.

Pienso que posiblemente haya algo interesante para ver en el vestuario de mujeres. Lamentablemente está prohibida la entrada a varones mayores de cuatro años. No hay excepciones.

Ni con carnet de periodista.

- Me dijeron que acá abajo tocaron los redondos, nunca supe si es verdad me dice el encargado de la seguridad del lugar.

- Así me dijeron.

- Un poco más chico que River, no? Dice sonriendo

- Sí, un poco......

Doblando en Balcarce, a muy pocos metros del viejo edificio, en el cual Capusotto intentó sin suerte años atrás dar sus primeros pasos, nos encontramos con Michelangelo, un espacio muy moderno, que se autoproclama “La catedral del Tango”, cruzando la calle la Trastienda bar.

Dos tipos en un bar, se toman las manos.
Prenden un grabador y bailan un tango,
de verdad.

Capusotto y Alberti llevan años de sociedad, actualmente se encuentran presentando “Qué noche Bariloche” en una gira que los llevó por todo el país y en noviembre los tendrá de nuevo en Capital Federal con tres presentaciones en La Trastienda bar, que posiblemente sean las últimas de un ciclo bastante más extenso que su anterior espectáculo “Una noche en Carlos Paz” que fue visto por 39.225 espectadores.

Capusotto, Alberto, Dreizik y Casero comenzaron a trabajar juntos en el Parakultural de Chacabuco, alcanzaron el reconocimiento del público de la mano de Cha Cha Cha, luego vinieron “De la cabeza” y “Delicatesen” (Sin Casero, que acusó a la productora Cuatro Cabezas de robar el formato del programa).

Desde el 5 de Mayo Alfredo Casero se encuentra presentando “The Casero Experimendo” (Pei per biu) en el Teatro ND Ateneo, hacía allí me dirijo.

Sentado en la plaza de Mayo intento imaginarme la obra, de la cual no he leído nada, Casero es uno de esos actores por los cuales uno siempre desea ser sorprendido.

Una fuente me entretiene, miro el agua, de fondo la Casa Rosada asoma sobre el enrejado que recuerda los fatídicos días de aquel Diciembre de 2001.

Para variar la plaza está llena de turistas que inmortalizan su visita al país en 7 mega píxeles. Cuando creo estar dentro de los márgenes de sus recuerdos saco la lengua. Si se quieren llevar un recuerdo de Buenos Aires, que no sea sólo tango.

Acá también nos reímos.

La sala fue inaugurada en 1936 como sala cinematográfica, en 1945 comenzaron a realizarse las primeras obras teatrales. A fines de 2000 fue cerrado.

Dos años después, totalmente remodelado reabrió sus puertas al público.

El ND Ateneo es un teatro bastante pequeño (700 localidades), lo que genera cierta complicidad entre el actor y los espectadores que impacientes esperan el comienzo.

- Yo a Casero lo sigo desde siempre, mi hermano era fanático mal

- Yo también, pero me gusta más Capusotto, el fin de semana fui a ver a Soda y pasaron unos videitos re copados, no sabés como nos reímos

El comienzo de la obra será atípico, Batman y Robin ingresaran a la sala, ocuparan sus butaca y construirán un diálogo que arrancará las primeras carcajadas del público.

Minutos después se abrirá el telón. Alfredo Casero estará ubicado sobre el costado izquierdo del escenario, tres guitarristas ocuparan el centro y la parte izquierda.

Los aplausos inundaran la sala, comenzarán a sonar los primeros acordes de una canción, que para mi sorpresa será una milonga y paradójicamente se llamará “Tortazo”.

Alfredo comenzara a cantar:

Te conquistaron con plata

Y al trote viniste al centro

Algo tenías adentro

Que te hizo meter la pata

Al diablo fue la alpargata

Y echaste todo a rodar

El afán de figurar

Fue tu hobbie preferido

Y ahora que tenés marido

Las cosas que hay que aguantar

Evidentemente no podré escapar al tango, al menos por esta noche.


Tango que me hiciste mal, sin embargo te quiero.